El hierro es un mineral presente de forma abundante en la hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que facilita el transporte de oxígeno y de dióxido de carbono hacia y desde el organismo.
¿Has notado el tono rojizo de la sangre? El hierro es responsable de esa tonalidad.
El hierro está presente también en la mioglobina, una proteína que encontramos en los músculos y que también se encarga de transportar oxígeno en el organismo.
Un nivel bajo de hierro en el organismo implica entonces una disminución en la producción de hemoglobina y mioglobina en la sangre, lo cual puede acarrear consecuencias serias como problemas del corazón, problemas de crecimiento, e incluso, complicaciones durante el embarazo.
Pero ¿Cómo detectar si hay una posible deficiencia de hierro en mi organismo?
Cuando el organismo se enfrenta a niveles bajos de este nutriente, aparecen trastornos como fatiga, palidez en la piel, uñas quebradizas, debilidad, dolores de cabeza, inflamación en la lengua, e incluso, dolor en el pecho y dificultad para respirar. A esto se le suman síntomas como dificultad para concentrarse, y desánimo general.
Dependiendo de qué tan bajo sean tus niveles de hierro podrías sufrir de inapetencia por alimentos regulares, pero al mismo tiempo de antojos por sustancias poco usuales como tierra o almidón.
Y, ¿qué hacer en estos casos?
Es primordial que ante cualquier alerta de deficiencia de hierro asistas a tu médico de confianza para realizarte los estudios correspondientes. De esta forma podrás asegurarte de que no confundes la deficiencia de este mineral con alguna otra condición.
Una dieta balanceada que incluya vegetales de hoja verde, proteínas, granos y cereales contribuye a una alimentación rica en hierro.
Sin embargo, en casos como niños y adolescentes en desarrollo, pérdida de sangre, algunas enfermedades crónicas, e incluso en mujeres menstruantes, es necesario apoyar la alimentación con suplementos nutricionales.
Idealmente, debes tomar hierro en ayuna para que así los alimentos no dificulten su absorción. Algunas personas presentan síntomas secundarios como un leve dolor estomacal, por lo cual en estos casos se aconseja consumir un poco de alimento.
También, debes esperar 2 horas para tomar tu suplemento de hierro luego de consumir alimentos con leche, calcio, fibra y cafeína, o antiácidos.
Si quieres mejorar la absorción de este compuesto, consúmelo con bebidas que contengan vitamina C, como el jugo de naranja, o con alimentos también ricos en esta vitamina como el brócoli y el tomate.
El uso de suplementos de hierro ha probado ser útil contra la fatiga incluso en personas que no sufran de deficiencia de este mineral (fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5892776/ )
Recuerda que con una alimentación rica en hierro y un suplemento podrás mantener los niveles adecuados para tu organismo, piel, uñas y respirar mejor.
Un nivel bajo de hierro en el organismo implica entonces una disminución en la producción de hemoglobina y mioglobina en la sangre, lo cual puede acarrear consecuencias serias como problemas del corazón, problemas de crecimiento, e incluso, complicaciones durante el embarazo.
¿Cómo detectar si hay una posible deficiencia de hierro en mi organismo?
–Fatiga.
-Piel pálida.
-Uñas quebradizas.
– Debilidad.
-Dolores de cabeza.
-Inflamación en la lengua.
-Dolor en el pecho.
-Dificultad para respirar.
-Dificultad para concentrarse.
-Desánimo.
¿Qué hacer para mantener buenos niveles de hierro?
-Visita a tu médico para asegurarte de que no confundes la deficiencia de este mineral con alguna otra condición.
– Consume alimentos como vegetales de hoja verde, carnes rojas, hígado, granos, cereales y frutos secos.- Apoya la alimentación con suplementos nutricionales.